En mi opinión lo que el hombre moderno mantiene como herencia genética bien ganada es lo bestia porque seguimos destruyendo nuestro planeta y lo que es mas triste somos concientes de lo que hacemos. Los gobiernos y las instituciones internacionales diran, que no es sencillo tratar estos temas y que es todo un proceso, simple y sencillamente hay grandes poderes económicos en juego, por eso es que los pretextos estan a la orden del día. La única verdad en relación a estos temas, es que el hombre espera a que suceda alguna catastrofe y mueran miles de personas para recién hacerse los cojudos y empezar a actuar.
En la actualidad, a nivel mundial, los combustibles fósiles : carbón, petróleo y gas contribuyen con un 63 % de la producción eléctrica, la hidroeléctrica representa alrededor del 19 %, la nuclear 17 %, la geotérmica 0,3 % mientras que la solar, eólica y biomasa contribuyen en conjunto con menos del 1 %.
Los combustibles fósiles tienen muchas ventajas, la principal su bajo costo y facilidad de transporte, pero también grandes desventajas en términos de contaminación y efectos ambientales. El Dioxido de Carbono (CO2), que inevitablemente se genera al quemar combustibles fósiles, es actualmente considerado como una de las fuentes que contribuyen mayoritariamente al recalentamiento global del planeta (efecto invernadero), el cual puede tener consecuencias desastrosas para ciertas regiones produciendo sequías e inundaciones. Otro de los factores que contribuye ampliamente a la contaminación del aire que todos respiramos es el transporte de personas y mercaderías. Se habla mucho sobre la necesidad de reducir las emisiones de CO2, pero la Convención de Clima que fue adoptada en la Conferencia sobre Desarrollo y Medio Ambiente en 1992 en Río de Janeiro no pudo determinar como debían lograrse esas reducciones. En la Conferencia Internacional llevada a cabo en 1997 en Kyoto se avanzo fijando limites a la emisión por debajo de los valores de gases emitidos en 1990. Un informe reciente de la OECD predice que para el 2010 las emisiones de CO2 derivadas de la producción energética aumentarán casi un 50%.
Qué podemos hacer frente a este panorama?. La solución no es nueva lo conocemos todos, pero la recalco sobre todo para generar un efecto multiplicador que sería, optimizar el uso de la energía, disminuyendo el consumo de combustibles fósiles, utilizando fuentes de energía que no emitan Dióxido de Carbono como pueden ser la nuclear, hidroeléctrica o las llamadas " fuentes de energía renovables " (eólica, solar, geotérmica, biomasa) para generar electricidad y motores eléctricos o a hidrógeno para el transporte.
Se ha calculado que si se reemplazara la electricidad producida actualmente por todas las Centrales Nucleares del mundo (alrededor de 435) por plantas alimentadas a carbón, se agregarían a la atmósfera 2.600.000.000 de toneladas de CO2 por año. Si actuáramos a la inversa cerrando todas las plantas a carbón, calculen cuanta contaminación se evitaría.
Entre las principales ventajas de la opción nuclear podemos mencionar la abundancia y bajo costo del combustible (Uranio). Tres son las principales objeciones que generalmente se le encuentran: la incorrecta asociación de tecnología nuclear con el armamento nuclear, el temor a los posibles accidentes y la eliminación de los residuos. Existen respuestas a estas objeciones y quizás valga la pena dejarlas para otros artículos posteriores.
Otra posible alternativa a la emisión de CO2, algunas organizaciones ambientalistas insisten invariablemente en el uso de las llamadas fuentes de energía renovables – Solar, Eólica, Biomasa, Geotérmica - sin embargo estas fuentes proveen únicamente el 2 % del consumo de energía para uso comercial en el mundo. La mayoría de ellas provienes de instalaciones geotérmicas en USA, Islandia y Nueva Zelanda. Esta proporción se podría incrementar en el futuro pero, el Consejo Mundial de Energía, estima muy difícil poder llegar siquiera a un 5 % para el año 2020.
La energía solar se utiliza en la actualidad con mucho éxito en algunos países para calentar agua para uso doméstico o para la generación de electricidad en pequeñas cantidades para aplicaciones puntuales hogareñas, señalización, estaciones de comunicaciones remotas, etc.
Es quizás tentador pensar que el sol y el viento, que son gratis y están en todos lados, y la biomasa que crece libremente, pueden ser una fuente ilimitada de energía libre de CO2.
Lamentablemente, estas fuentes tienen varias desventajas inherentes que afectan su utilización y eficiencia económica; tanto los rayos solares como el viento son intermitentes, y por consiguiente, hasta tanto no se desarrollen formas efectivas y económicas de almacenamiento, estas fuentes no podrán proveer la electricidad masiva (técnicamente llamada electricidad de base) que necesitamos en todo momento.
Otra desventaja inherente de este tipo de energía es su dispersión. Si se desean cantidades significativas de energía solar, eólica o biomasa, éstas deben "recogerse" en grandes extensiones de tierra y esto aumenta considerablemente su costo, especialmente en zonas densamente pobladas que es donde más se necesita la energía. Se ha calculado que para obtener una cantidad de electricidad equivalente al de una planta hidroeléctrica de 1000 Mw se necesitarían aproximadamente: Un área de 60 a 100 km2 de celdas solares o turbinas de viento.
La energía solar y eólica han mostrado, hasta ahora, ser poco competitivas económicamente, se necesita todavía mucho desarrollo para reducir los costos. Esto no niega el hecho de que estas formas de energía puedan ser muy importantes en situaciones o regiones especificas, pero no podemos aun contar con ellas en el corto o mediano plazo como una fuente global de energía masiva.
Como un ejemplo de la situación de reemplazo energético podemos mencionar lo sucedido en otros países. En Italia, después del accidente de Chernobyl, un referéndum obligo a cerrar sus 3 plantas nucleares y detener la construcción de otras dos. En reemplazo de esta energía no se usó ni solar ni eólica ni biomasa, utilizaron gas del norte de África e importaron el 20% de su electricidad desde Francia donde el 75% de su generación es de origen nuclear.
En Suecia, a 17 años del referéndum que decidió el cierre de las centrales nucleares, a pesar del fuerte apoyo a la energía eólica, aún no han logrado un sustituto eficaz que permita cerrarlas.
En Dinamarca, invariablemente catalogada como líder en energía eólica, con 3800 turbinas de viento instaladas, sólo el 3% de su energía eléctrica tiene este origen. Por otro lado la generación producida por las plantas alimentadas a carbón ha crecido en 15 años el 100 % (15 TWh/año en 1980 – 30 TWh/año en la actualidad).
En EE.UU, donde en la actualidad existen unas 15000 turbinas eólicas, que generan 1750 Mw, calcularon que para producir la energía equivalente al de una planta térmica actual de 1000 MW necesitarían del orden de 13000 turbinas, ocupando una superficie de 100 km2, estas cifras los hicieron desistir de una producción eléctrica en gran escala basada en esta fuente energética.
Concluyendo este artículo podemos avizorar que el siglo XXI serán tiempos de grandes descubrimientos y cambios importantes para la humanidad y nuestro planeta tierra empezará a manifestar en mayor grado sus males producto de la acción destructora del ser humano.
¿Qué pretendo al analizar estos temas?. En primer lugar como ya lo indique líneas arriba en generar un efecto multiplicador, así como crear conciencia en las personas sea cual fuese su nacionalidad, de la importancia que tiene el desarrollar en el ser humano una cultura de protección a nuestro planeta tierra, aunque nos parezca muy grande pero todo empieza en la pequeña porción de tierra en la cual esta construida nuestro hogar, que en mi caso es aproximadamente de 200 m2 situada en la región La Libertad, provincia de Trujillo en el Perú. En lo personal pienso que gran parte de la solución a todos los problemas medioambientales empezarán a darse si cada persona desde su modesta posición de ciudadano contribuye a cuidad nuestro planeta.